domingo, 20 de abril de 2008

ANOREXIA Y BULIMIA. Nos afecta a todos

Por Concepción Pérez Olmos
Presidenta de la Asociación GULL-LASEGUE.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a las enfermedades mentales la pandemia del siglo XXI y advierte del riesgo que corremos TODAS las personas de padecer problemas de salud mental.
En la recta final del siglo XX, entre los años 80 y 90 ya se escuchaban algunas voces hablar de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), y más específicamente de Anorexia y Bulimia, términos que a la mayoría nos resultaban desconocidos, y nos sorprendíamos tanto de los síntomas como de los efectos devastadores que en algunos casos alcanzaban estas enfermedades. Como cuando vimos en televisión a las tristemente famosas hermanas gemelas inglesas. Pero al mismo tiempo que nos preguntábamos qué les podía hacer llegar a ese extremo, nos parecía imposible que esta enfermedad pudiera llegar a formar parte de nuestras familias y alcanzara la desproporción que actualmente estamos soportando.

Sabemos que para que se desarrolle este trastorno tienen que confluir varios factores: el individual, el familiar y el social. Desde la experiencia vivida dentro de la Asociación a la que pertenezco, GULL-LASEGUE, de Las Palmas de Gran Canaria, me gustaría compartir y reflexionar con ustedes sobre esta enfermedad desde el lado más humano. Y para aquellos que no la entiendan, espero que les ayude a comprenderla un poco mejor.

MADRES: Cuando tenemos un hijo o hija enfermos nos reconforta el abrazarles, darles besos, quererles; pero en esta enfermedad no siempre es así, al contrario, a menudo nos alejan de ellos, desprecian nuestro cariño… imaginen la impotencia que nos genera. Es una experiencia TERRIBLE.
POR QUÉ: Es lo primero que se preguntan los familiares, y no hay respuesta concreta. Lo único que sabemos es que existen condicionantes socioculturales que están contribuyendo a desencadenar estos trastornos, y cada uno de nosotros podemos y debemos ser autocríticos con la sociedad que estamos creando y manteniendo. Me remito a una frase del célebre Dr. Rojas Marcos (Psiquiatra): "La dieta es el sedante mas poderoso transmitido a las mujeres".

ASOCIARSE: Para poder ayudar al afectado o afectada es imprescindible que la familia se informe y asesore por profesionales. Si nosotros mismos no comprendemos la enfermedad no lograremos ofrecer el apoyo necesario al enfermo. Además, es importante compartir experiencias con otros familiares, sentirnos identificados y comprendidos, porque como decía D. Jacinto Benavente: "Para comprender el dolor no hay inteligencia como el dolor mismo".

ENFERMAS: Cuando dan comienzo los primeros síntomas tendemos a pensar que se trata de una tontería, que se han vuelto caprichosas. Quiero destacar aquí lo lejos que se encuentra de la realidad esta creencia, ellas sufren mucho, están en continuo conflicto y llenas de dudas e inseguridades, no hay que hacerlas sentirse culpables y necesitan ante todo del apoyo familiar. (Hago uso del género femenino porque mayoritariamente son ellas las afectadas).
Toda enfermedad en un ser querido es difícil de afrontar, pero cuando hablamos de un trastorno mental las dificultades se multiplican. Éstas históricamente han sido tabú y siguen siéndolo por muy siglo XXI que nos encontremos. Ojalá que el tratar sin prejuicios esta enfermedad nos haga ser conscientes de su gravedad y avancemos tanto en la prevención como en la curación.

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